Pateando tristezas.

En vísperas de Carnaval la murguita camporista se va formando a los lejos con un condimento muy particular que es el de llevar como formación principal a los pibes, en esta murga pateamos tristezas, en esta murga nos pintamos las caritas de alegría, en esta murga tocamos  bombos  con la vehemencia de dejar un huella inquebrantable, la huella de los que estamos, de los q nos nos fuimos, de los que sobrevivimos.
Acá pisamos fuerte y bailamos al compás del tun tun, acá como dice el gran Solari dios nos nos aguanta quietos.
Acá fomentamos la cultura y el apegue al ritmo popular, a un ritmo que les pertenece a ellos, a nosotros, al pueblo, un ritmo que no discrimina, un ritmo q sucumbe y te lleva.
Vamos a seguir, vamos a volar, vamos a pesar de todas las tristezas que puedan llegar a haber, claro vamos a  revolotear con total libertad esta murguita que tiene la sed de la ilusión maravillosa de algo mejor.

Acá estamos…