viernes, 31 de agosto de 2012

Desenmascarando...

En la Bv. Ilia  e Independencia quede en encontrarme con mi investigador privado, a quien hace unos días atrás le había pedido que siga todos mis pasos y que si fuera posible me trajera fotos para tener pruebas más contundentes.
Le pedí una ardua investigación sobre mí, que me pillara justo infraganti.
Cuando llegue al lugar de la cita el ya estaba allí, su rostro era de pocos amigos por lo que intuí que algo andaba mal, me acerque hasta él y mirándome fijo me dijo: “Ud. tenía razón”, efectivamente se trataba de un engaño pues lo mire con mi mejor cara de resignación y atine a decirle que me lo imaginaba. Nos sentamos justo en el bar que está en la esquina y comenzó el relato.
Me conto que me había visto engañando a mi sueño con el dinero, como me dejaba seducir por la impronta de la dependencia que genera en mi, vio como me dejaba conquistar por su audacia y su promesa de tiempos mejores. Sin embargo el había notado siguiéndome los pasos bien de cerca el peso que me causaba esta decisión, el desequilibrio constante en mis actividades y el no poder enfrentar a mi amado, al sueño, por mi cargo de conciencia pero a pesar de ello el engañado seguía allí acompañándome, quizá porque no sabía nada o lo intuía, nose me dijo el investigador.
No podía evitar que se me cayeran las lágrimas y la denotación de la profunda tristeza que ello me causaba, entonces saco un pañuelo me lo dio para secarme los ojos y le pedí que continuara. Me mostraba fotos de cómo me encontraba con dinero entrando y saliendo del mismo trabajo que me quejo hace años , se me veía también en los locales de compra y ya con esas fotos me bastaba por lo que le hice un ademán con la mano de que no era necesario continuar.  Jamás me había sentido tan mal con un engaño y eso que las había pasado. Pero este era muy cruel quizá porque realmente había amor, amor a ese sueño y no me podía perdonar haber caído en tal desliz.
Le agradecí al investigador por su labor, le pague justamente con quien había cometido semejante estupidez y me marche caminando hacia ningún lado, atónita con la única certeza que él , el sueño seguía estando allí incondicional.

Texto : Yael Crivisqui.
Foto : http://vientoenprosa.blogspot.com.ar

jueves, 30 de agosto de 2012


Como una melodía sin intérprete.

Como la lavandina cuando destiñe
tu prenda preferida.

Como el peatón cuando se siente
enfurecido porque el del automóvil
no respeto su prioridad.

Como la sensación del semáforo en amarillo.

Como la impotencia del pájaro que no puede
aplastar al auto.

Como un ambientalista viviendo en Jurassic Park.

Como un feriado que cae domingo.

Como un cura leyendo un haiku.

Como un surfista atrapado en el Sinaí.

Como la sensación de desubicación del invierno
en Playa del Carmen.

Como un astronauta tres metros bajo tierra.

Como Federer perdiendo un partido 10 a 0
de ping pong.

Como Miranda suplantado a Ozzy Osbourne
en su show.

Como Silvia Suller mirando La Quimera de Oro.

Como un alpinista ebrio en el Uritorco.

Como un cajero sin plata un fin de semana largo.

Así me sentí hoy sin mi birome. 



domingo, 26 de agosto de 2012

Asi lo conoci.


Jovencito gritón de silencios infernales
que traen paraíso a un dios que la pifio y le regalo
una maratón de intereses a biblia y calefón.
Bebiendo recuerdos de barrio y masticando un anti capital
aniquilado a la hora de pagar el alquiler a fin de mes  lo conocí,
corriendo a ningún lado , con fe de ateos, ni pa la derecha ni pa la izquierda,
amante apasionado de La mayor, lo vi formando sus dedos en V y
afinando las cuerdas de una encrucijada lo vi temblar de amor.