El mundo es eso – revelo- . Un montón de gente, un mar de
fueguitos.
Cada persona brilla con luz propia entre todas las demás.
No hay dos fuegos iguales. Hay fuegos grandes y fuegos
chicos y fuegos de todos los colores. Hay gente de fuego sereno que ni se
entera del viento, y gente de fuego loco, que llena el aire de chispas. Algunos
fuegos, fuegos bobos, no alumbran ni queman; pero otros arden la vida con
tantas ganas que no se puede mirarlos sin parpadear, y quien se acerca, se
enciende.
Fragmento del libro de los abrazos , de Eduerdo Galeano.
Y así comienza el libro , que se yo ,
creo que nunca encontré una mejor definición del infierno que es cada persona .
La descripción justa , sin una pizca demás .
Y particularmente sobresalto la última
parte porque me da la sensación de estar mirando con una lupa el microorganismo
de esa persona que indudablemente marca una diferencia tajante , la sensación
de estar frente a esa célula humana que se regenera una y otra vez, una y otra
vez.