miércoles, 16 de mayo de 2012

Varieté de una historia de amor y lucha.


Prologo:                        

Es una crónica distinta, de una misma historia. Con un toque de imaginación personal.
    

Era una noche fría y gris de Julio del año 1944, el cavaret estaba bastante vacio comparándolo con noches anteriores, pero bueno era cuestión de esperar hasta mas entrada la madrugada siempre cae algún que otro hombrecillo sediento de algún varieté femenino.
Camila una de mis mejores amigas que hice trabajando en este lugar hace 8 años, me pega un grito avisándome que me vaya preparando que en 40 min se larga mi show. Soy actriz, con esta vocación arraigada desde muy pequeña pero teniendo en cuenta que en estas épocas mi profesión porque así la considero está muy mal vista para esta sociedad machista no me queda otra que mostrar mi histrionismo aqui que no es lo más óptimo pero al menos tengo algún público.
Mis actuaciones siempre son distintas, muy variadas, armo historias diferentes pero siempre en torno a la misma tematica “la lucha por la liberación femenina y la igualdad de género.” Debo decir aunque suene gracioso que lo que mas anhelo de esto es que el poco público que tengo entienda algún día a lo que me refiero y aplauda por comprender y no por mi ser.
El dueño del cabaré me suele decir: “debes agradecer lo que tenes, la gente de tu calaña suele merecer mucho menos” , es un hombre de la alta alcurnia de las Fuerzas Armadas , que pisaba muy esporádicamente el lugar según el ( y paradójicamente ) por una cuestión de principios por eso dejaba a cargo una vieja dama de compañía , que por cierto, solo le interesaba la recaudación del lugar y era sumamente ignorante asique nunca entendía de que es lo que hablaba en mi shows pero los defendía por todos los aplausos que me llevaba de los clientes y por mantenerlos conforme , en qué? No sé si solo eran un par de borrachos, alzados que nunca entendían pero los seducía mi léxico.
Mientras me preparo en mi especie de camarín que en realidad es una pieza dividida  en 2 con unas cortinas rojas abrillantadas que dividían mi espacio de el de Camila que por suerte nos llevábamos muy bien así es que no había problemas, para salir a escena utilizo un vestuario que me suele cocer una tía, que tiene un taller textil muy humilde en Junín, donde se gana sus mangos.  Trato de que estén un tanto exagerados para que llamen la atención una mera cuestión de táctica para capturar más aun la atención del espectador, vio?
Ya se cumplía la hora asique Salí a escena cantando y hacer mi obra, por lo q podía visualizar no había mucha clientela la noche era muy fría y afuera llovía a más no poder. Solo un par de borrachos y dos hombres tomando whisky o coñac no sé bien mirándome muy atentamente, sentía en sus miradas una importancia que por unos segundos me dejaba perpleja.
Finalizado el espectáculo, Camila ingresa a mí parte del camarín alterada o desesperada quizá algo de las 2 cosas diciendome que había un hombre muy apuesto que quería intercambiar unas palabras conmigo, pero la realidad es que estoy cansada y sin ganas de soportar borrachos, aunque ella me continuaba insistiendo que este hombre estaba muy sobrio. Inmediatamente se me vino a la cabeza la imagen de esos dos hombre que no tenían en efecto apariencia de bufones y me intente auntocnvencer con cierta ilusión que quizá eran productores que por primera vez se interesaban en mí. Así es que me cambie y me acerque a la cantina donde estaba sentado ese hombre tan apuesto y de mirada inquisitiva, con un abano en una mano y con la otra soltando el vaso de whisky afectivamente me hizo un ademan de que tomara asiento a su lado. Hablamos durante horas y horas, me dijo que le había gustado mucho mi puesta en escena pero que le había fascinado mucho mas mi discurso de justicia social, me pregunto también que hacía en un lugar así y ahí nomas me arrebate diciéndole que no tenia opción alguna la sociedad es bastante injusta con las mujeres y los pobres, y encima me tildan de loca con mis ideas. Es duro vera, le replique.
Con un gesto de tristeza en mi rostro le asegure que después de a ver vivido las mil y una tengo una sed de pelear por un futuro más digno no solo para mí sino para el resto de mis compatriotas. Me escuchaba muy atento casi sin pestañar me atrevo a confesar, pero intuí que quizá me estaba yendo por las ramas sique atine a preguntarle que pensaba al respecto, me respondió con suspiro por medio que entendía de lo que hablaba y que estaba trabajando en ello. Se levanto de repente y me dijo que se iba ya que se había hecho muy tarde. Me quede mirándolo sorprendidísima y desde la puerta de salida me grito…: “Eva, ya tendrás noticias mías “. Desapareció tan rápido cuan humo de cigarro.
Ya paso una semana y media de aquel episodio y lo recuerdo – maldita sea- todos los días con cierta extrañeza y no sé por qué.  Hasta que golpean la puerta de mi camarín con insistencia antes de comenzar como todas las noches mi presentación , yo pensando que era alguna de las chicas le grito:  “pase pase”, pero no para mi sorpresa no grata obviamente era el dueño del cabaret , que ingreso con el seño fruncido con cara de perro gruñón y me dijo : “ cámbiate ya mismo, la presentación tuya se suspende subirá Camila por vos ya hable con ella y cuando estés lista Salí que hay alguien muy importante allí afuera aguardando por verte , no lo hagas esperar queres ¡ “ y cerro un portazo tras de él. Yo a todo esto ni mu, no entendía nada.  Solo atine a hacer lo que me dijo pues me invadía la curiosidad.
Cuando Salí y lo vi allí parado frente a mi camarín con una sonrisa hermosa en su rosto, si si era el. Ho que felicidad que me agarro de repente nuestras miradas eran muy sinceras, me tendió la mano y me dijo: “ me acompañas a tomar las riendas de este bendito país? “ Lo mire abrumada pues está más que claro que no entendía a que se refería hasta el momento nunca me dijo a que se dedicaba y quien era realmente , asique le conteste : “ Juan discúlpeme quizá la ignorancia pero es que no comprendo su pregunta “. Solo me hizo un gesto de que nos fuéramos, pues era todo una incógnita pero me atraía asique lo acompañe.
Fuimos a una fabrica automotriz que hacía unos días venia con algunos problemas sindicales y el les iba a dar una mano, la idea era ayudarlos a organizarse.  Entrando a la asamblea me dijo: “Eva aquí hay cientos de mujeres trabajadoras que necesitan de tu ayuda, confió en vos “.  Allí me di cuenta que estaba al frente de la Secretaría de Estado.
Desde ese momento jure no separarme más de él y ser su fiel compañera. Tanto es así que me avoque junto a él a toda la carrera política que emprendimos ambos para la presidencia de la nación.  Juro darme mi lugar para luchar por las mujeres y por todos los mal llamados “cabecitas negras”.     Y yo le jure mi amor eterno.






Por : Yael Crivisqui.